TRATAMIENTO DE PUENTES TÉRMICOS EN VIERTEAGUAS O ALFÉIZARES

Vamos a mostrar como solucionar el puente térmico en vierteaguas o alféizares de vanos de fachada. Normalmente es un detalle al que no recibe suficiente atención, con lo que el puente térmico termina produciendo patologías, además de la consecuente alta transmitancia puntual de energía en el cerramiento.

NORMATIVA

Si de por si la eficiencia energética no recibe la importancia que merece en la realidad de la obra, el tratamiento de puentes térmicos podemos decir que está totalmente olvidado y desdeñado.

Esta falta de atención no es por falta de normativa ya que el Código Técnico de la Edificación (que será modificado en diciembre de 2.019) especifica en el documento de Ahorro de Energía 1 “Condiciones para el control de la demanda energética” que los puentes térmicos se tienen que tratar, en general y sin distinciones.

En concreto, el puente térmico en vierteaguas o alféizares se recoge en el Atlas de puentes térmicos del CTE (documento de Apoyo nº 3). Este puente térmico se produce esencialmente debido a la alta transmitancia térmica que tienen los materiales que forman el vierteaguas (metal, cerámica y piedras artificiales o naturales) y la resolución de la fábrica de cerramiento con el plano ortogonal del vierteaguas.

IMPERMEABILIZACIÓN

A la hora de ejecutar el vierteaguas, también tendremos que tener en cuenta el Documento Básico de Salubridad del CTE, que nos especifica la necesidad de colocar una lámina impermeable en el vierteaguas o alféizar.

CASO PRACTICO

Vamos a mostrar varios ejemplos de vierteaguas ejecutados o en proceso de aislamiento e impermeabilización. Estos trabajos han sido realizados por AISLA SIN OBRA

En todos los casos se repite las mismas capas:

1. Base de obra
2. Aislamiento térmico XPS 2 cm. debidamente adherido. (grosor dependiendo de zona climática)
3. Impermeabilización del vierteaguas, con solapes sobre el paramento.
4. Recibido de piedra de alfeizar.

Aunque este tipo de detalles pueden resultar extraños a priori, está claro que por normativa e incluso, por sentido común, deberían de ser habituales en nuestras obras. En cualquier caso, marcan una gran diferencia positiva de calidad constructiva